Cabalgata laica

Me hace gracia esta extraña moda sacar todo lo sagrado, religioso o espiritual de la vida pública, sin importar lo que sea. Destierran a los dioses de las películas basadas en personajes de la mitología griega o romana, obvian pasajes de esa Literatura o hacen laica la Navidad, cuando es la festividad más religiosa que existe, junto con la Semana Santa. Al margen de si gusta o no, de lo bien o mal que pasemos estos días, no se puede obviar que es una tradición religiosa, católica para más señas, y no una excusa para comer a bozal quitado, comprar regalos o asistir a cotillones. Leo ayer en el diario Público que la Cabalgata de los Reyes Magos ha recuperado su espíritu religioso, bajo un punto de vista de escándalo y casi denuncia pública, a lo que yo planteo si hay algo de malo en ello, ya que debemos recordar que los Magos de Oriente buscaron al recién nacido para ofrecerles ricos presentes y sus respetos. A mí no me gustan estos días, pero creo que se debe respetar el espíritu religioso de los mismos, porque si no sólo serán fechas de excesos, despilfarros de todo y sonrisas hipócritas en una obligación de pasarlo bien a toda costa, aunque ya dejen de tener significado las celebraciones. Creo que no se debe perder el norte en estos días, y tener siempre presente que el protagonista de estas fechas es Jesús, y no los regalos, las cenas o la opulencia.