sábado, 9 de abril de 2011

Un café y yo

Acabo de venir de tomarme un café del Múapelo, que he degustado como hacía tiempo que no lo hacía, pues he dejado que la música me ayudase a saborearlo. Alejado de arrogantes demostraciones de entendido catador de café, he dado un generoso buche a la taza, dejando que estallase en mi boca, mientras Bob Dylan me cautivaba con su voz en una canción cuyo nombre ni recuerdo, ni tengo el más mínimo interés en aprender. La tarde de hoy ha sido para mí, que falta me hacía, pues necesitaba alejar mi mente, mi cerebro y mis pensamientos de cualquier cosa que oliese a intelectualidad. Hoy era el momento de aparcar la faena literaria, sentarme en la barra del bar, con la única compañía de mi taza llena de un café cremoso, rico y con sabor, exento del azúcar que le robe el protagonismo que se merece. Solos. El café y yo, con la música de testigo y las guitarras que nos acompañan, con la voz grave del cantautor cuyas letras no entiendo porque no deseo poner empeño en ello. Hoy es un día en el cual fluyen mil ideas, y una de ellas es la que plasmo en el ordenador, pues la pluma está reservada a esa novela que día a día redacto y que pronto verá la luz. Hoy es un día en el cual deseo expresarme a través de la literatura, donde he vuelto a vomitar trozos de mi alma en forma de pintura abstracta. Hoy más que nunca añoro mi querida Olivetti, aquella máquina de escribir que plasmó tantos escritos y cuyo destino final desconozco. Hoy es un sábado de abril, de una primavera maravillosa que nos regala todo su esplendor.

miércoles, 6 de abril de 2011

Crímenes por webcam

Impactado me ha dejado el último caso de violencia de género sucedido en España. Tanto que no sabía cómo reaccionar, reflexionar o escribir. Con apenas 19 años, esta niña es asesinada por un indeseable macho que sólo se atreve con los más débiles, pues también quería acabar con la vida de su cuñada de tan sólo trece años. Si grave, repugnante y vomitivo resulta el crimen, el hecho de exhibir el cuerpo sin vida de su pareja por la webcam, como si de la pieza cobrada de una cacería se tratase, roza el cinismo más sádico y la crueldad más canallesca. ¿Qué decir sobre este asesino que no se haya dicho ya? Podría recurrir al lenguaje barriobajero, a la descalificación soez, pero creo que no se lo merece, pues este niñato sólo se merece desprecio y una condena ejemplar cumplida de forma íntegra, sin beneficios ni reducciones de condena por buen comportamiento. Que se hubiese comportado bien antes de matar a dos personas, puesto que Violeta estaba embarazada. ¿Tanto cuesta aceptar que las relaciones se terminan? ¿Por qué no se educa en una igualdad real, y se enseña respeto? Ya estoy más que harto de exigir que se enseñe que el amor es libertad y no posesión. ¿Cuándo cambiará esto? ¿Cuándo dejaré de escribir sobre la violencia o terrorismo machista? Y como siempre, no olvides el teléfono 016. Anótalo en tu agenda.

martes, 5 de abril de 2011

Decencia y política

Que José Luís Rodríguez Zapatero tiene un nivel de vergüenza tan discutible como su concepto de nación es algo que ha quedado demostrado este fin de semana al desvelar que no se va a presentar como candidato a la reelección . Por fin ha tenido la osadía de mostrar su verdadera cara, que no es otra que la de un adicto al poder que se ha acomodado y apalancado en un sillón que se cree propio, olvidando que vivimos en Democracia y que lo mejor que ha hecho desde que resultó elegido es irse. Aún así, le falta decencia y le sobra cinismo al no disolver las cortes para un adelanto en las elecciones generales, y agotar una legislatura que está arruinando a España, el país del cual no quiere pronunciar su nombre, aunque ahora insista en ello y suene al peloteo más servil. Si Zapatero fuese un hombre coherente, debería evitar que el PSOE se descalabrase aún más si cabe, demostrando su lealtad hacia militantes y compañeros de partido. Pero no, nuestro Presidente no sólo se cree un iluminado, sino que asegura estar haciéndolo bien. Y no, no es así. La está cagando a base de bien. Está convirtiendo a la nación en un solar sin valor, sin respeto y sin valoración internacional. Por eso, aplaudo que se vaya, pero ruego que sea honrado y dimita de todos los cargos que tiene. España no puede soportar más tiempo a un incompetente como él.