miércoles, 16 de marzo de 2011

Japón

A veces te enfrentas a artículos difíciles, a opiniones delicadas y a preguntas que no obtienen respuestas, sin ser retóricas. Preguntar el por qué de esta catástrofe se antoja difícil, y ver a Japón como un país lejano algo imposible, pues tengo allí a tres trozos de mi corazón. Hoy es uno de esos días que no sé qué decir, pero no quiero ni debo callar. Los sentimientos se agolpan y mis dedos están tan atorados como las palabras que mi corazón tiene en su interior, pues son muchísimas, y más que palabras son sentimientos. Sentimientos de dolor, de impotencia, de rabia, acompañados de preguntas al firmamento, al Dios único o los Dioses, al destino, el karma o vete tú a saber. Este juntaletras tiene demasiado sentir en lo más profundo de su alma, y hoy sólo puede resumir su inquietud en una sola pregunta: ¿Por qué?

martes, 15 de marzo de 2011

Sobre profesiones y oficios

La Real Academia Española define en una de sus acepciones al escritor como autor de obras escritas o impresas. Con esta definición quiero arrancar el artículo que hoy nos acontece, pues en una conversación con una persona en el transcurso del fin de semana, negó que yo fuese escritor al carecer por el momento de un libro publicado, pues según su opinión era obligado que fuese así para definirme como tal y los años que llevo dedicado a este blog no eran válidos para ella. Sin dificultad alguna encontré a Van Gogh o Kafka para preguntarle si ellos eran pintor o literato, pues su obra fue divulgada a título póstumo, o ejemplifiqué con profesionales cuyo trabajo nada tiene que ver con su formación, vocación o preparación. Pregunté en ese momento cuántas personas hay inéditas, cuántos autores publican en Internet porque no han encontrado aún la editorial que les avale o apoye o cualquier otro motivo, que se pueda destacar o no. Decía que serían escritores cuando les publicasen un libro y no salía de ahí, en un bucle exento de raciocinio, que no aceptaba opiniones distintas a la suya, ni quería saberlas. Poco podía hacer yo ante semejante nivel cultural, o argumentar, pues era gastar saliva y chocar contra un muro de incomprensión voluntaria e involución.