jueves, 22 de diciembre de 2011

El negocio del hambre

A veces creo que no se quiere acabar con el hambre en el mundo porque no resulta nada rentable y se quiere especular con los países que pasan hambre y sus habitantes que, literalmente, no tienen un trozo de comida que echarse a la boca. se ponen demasiadas iniciativas en marcha que sólo sirven para engordar las cuentas bancarias de ONG's que contratan con sueldos precarios a sus trabajadores y les obligan cual mafiosos de la mendicidad a recaudar dinero a cualquier precio, sin aceptar otra cosa que no sea el vil metal. Me duele ver que con un poco de buena voluntad por parte de los gobiernos se podría hacer mucho, pero más me duele comprobar que se sacan mil gilipolleces para paliar el hambre. ¿Por qué no se deja de mandar alimentos y se enseña a ser autosuficientes? Pues porque eso no es algo lucrativo ni deja beneficio. Es más rentable comerciar con la pena y el chantaje emocional en el telediario a la hora de comer que destinar el dinero recaudado para hacer del Tercer Mundo un vasto territorio productivo que sea capaz de generar sus propias riquezas. Asco me da ver esta pasividad y esta proliferación de mercaderes del hambre, a los cuales poco o nada les importa la necesidad ajena ni la mortalidad infantil, mientras los gobiernos les apoyan a base de subvenciones y partidas que deben ser destinadas en la declaración de la renta. Espero y deseo que no se especule más con la necesidad de la gente, porque esto es un delito grave, a pesar de no estar tipificado en el código penal.

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