miércoles, 30 de noviembre de 2011

Balance de siete años

Terminó, afortunadamente, el mandato del peor gobernante que ha tenido España desde Fernando VII. El idealista vigilante de nubes se va a su casa con la conciencia tranquila y los bolsillos llenos, incapaz de reconocer sus errores mientras los cometía y de ver la responsabilidad de haber dejado a este país hundido en la miseria, la mierda y la ruina. José Luís Rodríguez Zapatero no ha sabido actuar ni ha querido hacerlo, ocupado en su revanchismo fanático por destruir los consensos de la Transición y resucitar las dos Españas, esas que se dieron la mano y quisieron caminar juntas hacia esa Democracia sobre la que ha escupido y ha usado como retrete, pues desterró su nombre ante las presiones de las minorías. Poco le ha importado destruir el Estado del Bienestar, su propio partido o el empleo, porque se aferró al poder de tal forma que era incapaz de ver la realidad. Obsesionado con la guerra civil, su interés era borrar de la Historia el franquismo, incluso el dictador si era necesario, como en la novela de Orwell 1984. No creo que sea necesario hablar más de este candidato a imitador de personajillo de tercera o cuarta división local, aunque haya logrado entrar en la Historia por su pésima gestión. Por eso, creo que lo mejor que se puede hacer es dejar de hablar de Zapatero y relegarlo al ostracismo y la ignorancia. Se lo ha ganado a pulso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opinión es importante