jueves, 22 de septiembre de 2011

Estampas urbanas

A menudo me suelo fijar en todo aquello que sucede a mi alrededor, sin ser partícipe y sí mero observador de las estampas que la vida, la ciudad, los pueblos o el barrio puede dejarnos. Así he visto soledades de niños yendo al colegio, la mirada de muchas personas en el autobús, el metro o el tren, únicas y con miles de historia detrás de aquellas expresiones en los ojos o cómo un niño de corta edad deja su inocencia en cuanto empieza a andar, pues se ve rodeado de mayores consumiendo cualquier tipo de drogas. Como si de la película Trainspotting se tratase, en un lugar indeterminado de cuyo nombre no quiero acordarme, observé esta vergonzosa y escandalosa imagen, la cual me resultó tan asquerosa como vomitiva. Mientras un joven preparaba su porrito para fumárselo, un crío de apenas tres años salía de la casa en la que se estaba efectuando el consumo. Es cierto que me entraron ganas de pedir un poco de consideración y respeto, pero también podía encontrarme con una respuesta que no fuese de mi agrado, o lo que es peor, ser agredido por un energúmeno al cual sólo le importa drogarse y seguir vagueando, ya que no sabe qué es trabajar. Por eso, y muy a mi pesar, decidí ser un mero observador de la realidad y seguir con mi camino, dejando la manifestación de mi repudio contra estas actitudes cargadas de irresponsabilidad y falta de educación y respeto para el artículo que hoy redacto.

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