martes, 6 de septiembre de 2011

De andaluces, Andalucía y sus diferentes acentos

Siempre me he sentido orgulloso de hablar andaluz y hacerlo correctamente. No obstante, se suele decir que de Despeñaperros para abajo no se pronuncia correctamente, siendo nuestra lengua, nuestro idioma objeto de burlas y hasta de correcciones en antiguos libros de texto. A los actores, locutores y cualquier persona que trabaje con la Voz se les exige que neutralicen el castellano y renuncien a su lengua, algo que no sucede con los canarios, cuyo acento resuena en noticiarios y programas. Aprendí hace muchos años en un seminario que no hablamos malamente(vocablo no elegido al azar), sino diferente, con una lengua rica, llena de modismos y en completa evolución. Carlos Herrera dijo en aquella charla que el andaluz tiene palabras para definirlo todo, y si no es así, se las inventa. Desgraciadamente, aún a día de hoy, se siguen usando los mismos arquetipos en la interpretación, usando a la chacha andaluza en las películas o series y al gracioso cuentachistes de turno. Es por eso por lo que me quito el sombrero ante Benito Zambrano y su película Solas, que narraba una historia local, sin recurrir a lo finolis, y mi querido amigo Álvaro Begines, que a través de su trabajo ¿Por qué se frotan las patitas? logró emocionarme en un instante tan personal e íntimo de mi vida. Me siento orgulloso de la lengua que hablo, de cómo lo hago y de tener un lenguaje tan extremadamente rico, un acento precioso, y una herencia cultural y lingüística que se remonta a la noche de los tiempos.

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