Cultura para 'dummies'

Con asombro, estupefacción e indignación leo en la prensa que Umberto Eco pretende hacer una nueva edición de su obra El nombre de la Rosa mucho menos densa que la original, para así hacerla acorde con los tiempos que corren. Esta decisión me vuelva recordar la novela de George Orwell 1984 y las ediciones que mostraba de los diccionarios, a cada cual con menos palabras, para evitar que así la gente tuviese que usarlas. Es cierto que esta sociedad se ha convertido en una adoradora del hedonismo, el materialismo, la vanidad y el culto a lo superficial e innecesario, desterrando la Cultura y la Literatura a un reducto de la misma, donde se consumen libros que no llegarán a ninguna parte, ni siquiera al corazón al alma, pues son eso, meros productos de consumo, destinados a entretener sin otra función, que serán olvidados en el momento en el que pase su moda, pues son tan efímeros como un pedo en un jacuzzi, pero eso no da derecho a nadie a que haga de las mismas una burla de lo que fueron, y menos siendo parte y referente en la Historia de las mismas. Esto demuestra que lo único que le importa es que compren sus libros, no que los lean, tratando de captar clientes y no lectores, perdiendo el respeto a estos últimos al tener un único interés que no es otro que vender ejemplares. Como escritor que soy, considero un insulto a la Inteligencia que se haga esto, puesto que quien escribe debe expresarse a través de la Palabra y usarla como es debido. Un libro no es un conjunto de hojas encuadernadas que duermen en una estantería o un archivo para descargar en un cacharro de leer. A través de sus páginas aprendemos, nos deleitamos, enriquecemos nuestro vocabulario, en definitiva, nos volvemos más inteligentes, nuestra mente se abre más, así como nuestra perspectiva de miras. Si el señor Eco hace esto con su obra, no sólo habrá perdido un lector, sino todo mi respeto.