Palmeros, borrachos y fama

Poco importa aquello que haya hecho un famoso para ser vitoreado, aplaudido y jaleado. A esa masa pelota y servil, secuaz de cualquiera que goce del conocimiento público y popularidad, sólo le importa alentar al famoso de turno, sin cuestionar que ha matado a un inocente mientras iba borracho como una cuba. Si ya se escapa a mi entendimiento que se le ponga un micrófono a una persona así, sea conocida o no, ver cómo se le aplaude a la salida del hospital ya rompe todos mis esquemas, ya que el único homenaje que justo debería ser el desprecio y ostracismo. Me pregunto de qué sirven las campañas de la DGT si las figuras públicas las ignoran y pasan de ellas tan olímpicamente que no les importa el daño que pueden llegar a hacer. No sé qué pasará por la cabeza y la conciencia del torero, y la verdad que es un asunto incapaz de robarme el sueño, todo lo contrario del tratamiento que está recibiendo la noticia, pues se le apoya de manera incondicional. Una vez mas el vil metal y el poder pueden más que la ética, el sentido común y la responsabilidad, lo cual sobrepasa cualquier ignominia y vergüenza. ¿En qué país vivimos? ¿Por qué se ha de permitir que la fama dé cualquier tipo de impunidad? ¿Qué hubiese sucedido de ser un anónimo el causante de la muerte de un famoso? Por favor, reflexionemos antes de apoyar.