lunes, 6 de junio de 2011

El fracaso de la sociedad utópica

Hasta hoy no he querido opinar sobre las Acampadas que se han montado tras el movimiento 15M, pues no he visitado ninguna de ellas hasta hace unos días, que pasé por las setas de la Encarnación, la mierda más grande que se ha hecho en Sevilla en toda su historia.Ver que se va disolviendo poco a poco, que nadie resiste me hace ver que nada va a cambiar, porque todo el mundo se implica de boquilla y no realmente. También compruebo que estos asentamientos van mostrando la naturaleza del ser humano, con sus virtudes, y sobre todo, con sus defectos, demostrando que otro mundo no es posible y que nada va a cambiar, desgraciadamente. En mi época de estudiante de Bachiller, nuestra profesora de Ética nos preguntaba si el ser humano era malo por naturaleza, o se volvía así por la sociedad. Grandes e interesantes debates se formaban con respecto a este tema, posicionándome yo en la primera tesitura, pues sabía desde muy pequeño de la maldad del mismo. Ahora, cuando veo que esta sociedad utópica se desmorona, gracias a energúmenos violentos, a feminazis reprimidas y turbas enfurecidas que no saben respetar el entorno, no dejo de sentir pena porque se podía haber hecho mucho, de haber dejado de lado la maldita y asquerosa naturaleza humana.

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