A vueltas con Bin Laden

La noticia de la ejecución de Bin Laden es algo que me ha sorprendido por su imprevisibilidad y eficacia, aunque no por su rapidez, ya que han sido muchos años de búsqueda constante. ¿Qué decir del líder de Al Qaeda que no se haya dicho ya? Nada resultaría nuevo y mi opinión sería una más entre la maraña de reflexiones, anónimas, conocidas, publicadas o no. Aún así, dudo mucho que el capítulo del terrorismo internacional se haya cerrado con este asesinato preciso y quirúrgico, pues mueren las personas y no las ideas, que se radicalizan cuando elevan a la condición de mártir a cualquier persona, cuando ven bien que inocentes pierdan la vida sin tener culpa de nada. No es que me alegre que hayan eliminado a este tipo despreciable, pero tampoco me entristece, ya que era un destino que le aguardaba. Con juicio o sin él, tarde o temprano caería, pues no interesaba tenerlo prisionero ni con vida, ya que sabía demasiado, y eso a nadie le conviene. Ahora que Osama Bin Laden no está, me pregunto si el mundo está más seguro, si se nos dejará de mirar como a terroristas en potencia por llevar líquido para las lentillas en el equipaje de mano del avión o si volverá la tolerancia, el respeto y la cordialidad como valores esenciales de las personas, la gente y la sociedad.