martes, 3 de mayo de 2011

Suicidios de empresa

Abordamos hoy un tema que planteé semanas atrás, aunque no ha visto la luz hasta ahora que lo planteo por su seriedad, pues han pasado varios meses desde que la sociedad se escandalizaba por la cantidad de trabajadores que se suicidaban dentro de la empresa France Télécom. A pesar de culpar a la gran carga de trabajo, o los rendimientos exigidos, yo puedo pensar que hay razones más profundas que los números y cuentas de resultados. No es difícil que imaginar situaciones de altísimo estrés laboral, de incompatibilidad de vida personal y laboral, turnos que no dan opción a algo tan esencial como es vivir. Es decir, superar el refrán popular de vivir para trabajar para únicamente trabajar y desconocer el momento en el cual se pueda volver a vivir. Estar atrapado en una rutina que oprime, asfixia y agobia puede acabar con las ilusiones personales de cualquiera y arrojarlo en un pozo sin fondo del que es imposible salir sin la ayuda o el apoyo necesarios. Con esto no quiero ni debo justificar el suicidio como una salida viable, sino mostrar la crueldad de las decisiones empresariales, a las que sólo le importan los beneficios económicos. Creo que tales presiones deberían estar castigadas por ley, ya que no es justo que la gente, las personas, entreguen su vida por una empresa que no sólo no los valora, sino que les importa poco o nada.

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