Le saco la lengua a los malos rollos, a la rutina y a la mala gente, tanto como a la gente mala. A los políticos corruptos y los que no entienden de Democracia o mancillan su significado les saco la lengua. A la gente que traiciona y las personas que no entienden de lealtad ni quieren hacerlo, les saco la lengua. La rutina no se merece respeto, ni tomada en serio, porque es aburrida, insoportable, soporífera, y además destruye y anula. Le saco la lengua a la rutina para que no acabe con mis ilusiones, mis proyectos y mi vida. Me rebelo y sublevo contra lo normal, lo cotidiano, la rutina. No se merece mi considersción o respeto, y por eso le saco la lengua a la rutina. No sólo es repetir momentos, hastíos o desganas, es algo que no debe dominar jamás, pues convierte la vida en un castigo y no en algo maravilloso. Saco la lengua a la rutina, y te invito a que tú también lo hagas. Hagamos un mundo mejor. Démosle importancia a la vida y vivámosla intensamente, pues para ello hemos nacido, y a quién no nos deje hacerlo, que vea nuestra lengua, para que aprenda de una vez por todas cuán importante y maravilloso es vivir y dejar vivir.
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