miércoles, 2 de febrero de 2011

Cotización perpetua

Tomando prestado el nombre del titular del diario ABC de hace unos días, no está de más hacer un análisis sobre esa salvajada a la que el Gobierno ha bautizado como Reforma de las Pensiones, bajo la complicidad y la mirada impasible de unos sindicatos untados, sobornados y vendidos al poder, que han demostrado su inutilidad y lo poco o nada que le importa la clase trabajadora. La persona que dijo que la esclavitud había sido abolida, se alejaba tanto de la realidad como una presa huyendo de su captor, pues entre la cadena hipotecaria que nos ata durante treinta o cuarenta años y las cerca de cuatro décadas que son necesarias para jubilarnos a los 65, vivimos en una esclavitud permanente en un Estado de Bienestar defenestrado. Con esta reforma y esta pérdida de derechos fundamentales, los trabajadores se verán amarrados a un puesto de trabajo de por vida, sin posibilidad de permitirse el lujo de quedar en desempleo o emigrar allende nuestras fronteras si no hay trabajo aquí. Nos convertiremos en esclavos de un sistema que navega sin rumbo ni dirección, bajo la atenta mirada de un inepto adicto al poder, inmaduro, que es capaz de sobornar a organizaciones sindicales para que callen y traguen ante su decisión fascista, totalitaria e injusta, sobre la cual me pregunto: ¿no sería más fácil fomentar el empleo juvenil, que retrasar la edad de jubilación?

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