jueves, 20 de mayo de 2010

Desempolvar la guillotina

Pese a lo radical de este pensamiento y lo atrasado que pueda resultar, con el nivel actual de corrupción existente, lo ignorado que es el pueblo llano ante una clase política que presta más atención en perpetuarse en el poder y actuar con una ignominiosa carencia de decencia, la única solución que se lleva días rondándome es la de una revolución, a la antigua usanza, cuando el pueblo francés dijo ¡basta! y se pasó a cuchillo, literalmente a quiénes lo oprimían. Como ciudadano de a pie, me siento abandonado por quién voté, y exijo que me represente de una vez por todas, porque no me resulta nada extraño comprender la Revolución Francesa tras ver el tren de vida que llevaban, con palacios tan grandes como todo mi barrio y los de al lado. Quizá hoy en día sea una salvajada, puesto que la gente, la masa, está más ocupada celebrando el triunfo del Sevilla o el Atlético de Madrid que en lo importante. No se mueven salvo por eso, pues los poderes fácticos se han encargado de agilipollar a la sociedad para que no piense ni plantee. Desde abajo debemos montar la revolución, defenestrar a quién no piensa más que en el lucro personal y hacer un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, contando siempre con el pueblo, y no esta Democracia mancillada, escupida y vilipendiada...

martes, 18 de mayo de 2010

Más sobre lo mismo

Una vez más vuelve a repetirse el asesinato de una mujer a manos de su ex pareja. Una vez más vuelvo a tratar de ordenar las palabras y no dejarme llevar por la furia y el dolor. Una vez más que no puedo, porque estoy demasiado harto de estos cabrones sin cojones, que se piensan que la mujer es un objeto de su propiedad. No sé cuántas veces voy a escribir sobre este tema, ni cuántas lo seguiré haciendo, porque ya tengo más que asumido que esos seres normales seguirán asesinando, robándole a sus hijos su madre, y todo ello porque no aceptan que el amor se acaba, y no es posesión, sino libertad. El número de mujeres muertas a manos de sus parejas, ex parejas o como quiera que sea se eleva a 27 en lo que va de año ¡Veintisiete! ¿Dónde vamos a parar? Y a veces pasa a ser una noticia en un recuadro sin más ni más en diarios donde la prioridad informativa es otra más banal y baladí. Volver a decir que si eres mujer y un hombre te pega llames al 016, o que pidas ayuda, o la comprensión de la sociedad son ruegos tan repetidos como ignorados. Me pregunto, como siempre, cuándo se educará en igualdad de forma real, cuándo se enseñará a amar y a no poseer. Y sobre todo, cuándo se dejará de pensar que el maltrato es cosa de parejas y que no hay que meterse.

lunes, 17 de mayo de 2010

Simpatía

Nada cerca de ver la simpatía con la forma de ser agradable de gentes y personas cuando se habla de ser simpático, estamos refiriéndonos a quien es capaz de entrar en sintonía con el sentir del prójimo, comprendiendo entendiendo y siendo capaz de saber sus motivaciones. Empatía lo llamarían otros, siendo la antipatía la carencia de todo lo anterior. En más de una ocasión se nos exige desde la sociedad comprensión hacia el resto, mas ésta no es devuelta, se recrimina cuando no se es capaz de dar, bien sea porque la capacidad empática esté harto sobrepasada, bien sea porque no se sepa, o bien en el caso de no querer hacerlo. Ser simpático, simpática no es nada fácil, todo lo contrario que actuar de forma agradable, ya que requiere un esfuerzo innato que exige observar más allá de egocentrismos que actúan como cortinas de humo para con el resto. Con más frecuencia de la que debería, noto cómo el ostracismo y el egoísmo devoran a la simpatía, construyendo un mundo donde sentir hacia el resto es algo absurdo y hacerlo de forma individual y egoísta un deber ineludible, una triste obligación de un mundo, una sociedad podría y sin ética, donde sólo importa estética y apariencia, mucho más que ser. Un entorno carente de valores que nos humanicen y lleno de referencias a la idolatría material que representa el dinero y sus excesos.