martes, 27 de abril de 2010

Terremotos, mujeres e Islam

Como siempre suelo decir, algunas gentes y personas deberían callarse la boca, puesto que cada vez que la abren sube el pan. En esta ocasión, quiero hablar de un clérigo de Irán, que relaciona los terremotos con las impúdicas vestimentas de ciertas mujeres, al provocar a los hombres e incitar al adulterio. Ante las palabras de este señor, perfectamente catalogable dentro de todas las acepciones y sinónimos de la estupidez, desde el más recatado al más soez, sólo cabe expresar el más profundo rechazo por parte de la sociedad, ya que hablamos de una involución y desprecio a la Mujer. Tan absurdas como ridículas, estas palabras han pasado desapercibidas ante el mundo, mientras las defensoras del feminismo están ocupadas en exigir paridades y no en reclamar la verdadera igualdad donde hace falta, es decir los países islámicos, donde la vida de una mujer cuesta la mitad que la de un hombre, y suele ser castigada con más severidad por el hecho de haber nacido tal y serlo. Esta pasividad y silencio por parte del resto, clama al cielo y aumenta mi indignación, a la vez que mi enfado, pues veo que en Irán la mujer no sólo viste el burka de tela, ya que está cubierta por otros velos más peligrosos e indignantes, como son el ostracismo y la pasividad.

lunes, 26 de abril de 2010

Feria de Sevilla

Cuando apenas han pasado unas horas desde su clausura, quiero decir que no me gusta la Feria de Sevilla. No sería difícil emplear largas frases, retóricas cargadas de palabrería para expresar mi rechazo, creo que no puedo expresarlo de mejor forma que la escrita anteriormente en una sola frase. Y no me gusta la Feria de Sevilla porque es elitista, clasista y pone de relieve el señoritismo andaluz y sevillaníssimo mucho antes de llegar a la portada del Real. Me cuesta trabajo comprender o justificar esa hipocresía manifiesta cuando se invita a visitantes, turistas y viajeros a conocerla, pero no se les permite tener acceso a las casetas si no es con un pase, como si de una discoteca VIP se tratase. Si sólo se pasea por sus calles, ¿para qué coño se quiere a la gente? ¿Para abarrotarlas y hacer imposible su tránsito? ¿Para el lucimiento de famoseos varios y riquitos de alta cuna o pijeríos varios? No es de mi agrado la Feria de Abril porque no soy bien recibido, ya que no puedo elegir dónde tomarme una simple copa de fino o un filete, puesto que mi entrada está limitada por una incomprensible tradición que nadie cuestiona y todo el mundo acepta sin rechistar de forma sumisa. Siendo políticamente incorrecto, pero consciente de mis ideas, a la vez que coherente con ellas, vuelvo a manifestar, por si no ha quedado claro, que no me gusta la Feria de Sevilla.