jueves, 25 de noviembre de 2010

Apología de la xenofobia

Esta crisis está sacando la peor cara de la sociedad, desvelando sus miserias más asquerosas y sus mierdas más malolientes y hediondas. Los odios más exacerbados y la intolerancia más vehemente son monedas de cambio ante la impasible mirada del resto. Si a esto sumamos la decadencia social, moral e intelectual en la que vivimos, no sería de extrañar que idearios populistas e ideólogos charlatanes de discurso vacío y hueco encontrasen un campo de cultivo fácil para promulgar su intolerancia hacia el diferente, el extranjero. Es decir, para promulgar la xenofobia y el racismo.
Que se extiendan estas ideas me preocupa sobremanera, aterra y atemoriza, puesto que el silencio de la clase política hace que estos seres crean que todo el monte es orégano y que decir cuanto venga en gana es ejercer el derecho a la libertad d expresión. Me pregunto dónde quedan aquellos eslóganes que decían que ninguna persona era ilegal, el somos iguales, somos diferentes o los gritos contra la intolerancia. Reflexiono sobre la pluralidad en un mundo que quiere ser singular, y sobre todo deseo saber el porqué de esa pasividad ante el imparable avance de las hordas racistas de la intolerancia. ¿Acaso solo importa la diversidad cuando hay dinero para pagarla? ¿Acaso es último es lo único importante?

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