lunes, 13 de septiembre de 2010

Reflexiones sobre Rocky Balboa


En esta ocasión quiero alejarme de la crítica de cine, para hablar de una historia emotiva, bella y que llega al corazón. La última entrega de la saga Rocky. Con una sensibilidad inusitada, vemos un reflejo del campeón, de aquel que lo ganaba todo, solo, sin su compañera, fallecida a causa de esa puta enfermedad llamada cáncer, y abandonado por su hijo. Humano, Rocky Balboa vive alejado del cuadrilátero y todo su entorno, aunque se ve obligado a volver exento de ganas, para pelear contra alguien muchísimo más joven. El planteamiento hace que resulte interesante el guión, escrito de forma directa, sin artificios ni retóricas. Durante mis vacaciones, regresando en el autobús, me comentaron que la película no era buena, ya que no había una pizca de acción en todo en todo el metraje, salvo la pelea final. No quise entrar en valoraciones con este hombre, que sólo cataloga una película de buena o mala en base a las tortas repartidas o los tiros pegados y no al mensaje que se transmite o la historia que se cuenta. Para mí, supuso una obra de arte, que si no es una obra maestra, llegó a mi vida en el momento que debió hacerlo, para así comprender mejor las motivaciones, sufrimientos y profundidad del personaje, totalmente definido y perfilado en esta última entrega, que es el perfecto broche a una saga mítica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opinión es importante