miércoles, 21 de julio de 2010

Tráfico de niños

Si en el noticiario de a mediodía sale la noticia de una mujer rumana que vende a su bebé por 1200 euros o menos, estoy seguro que más de un comentarista de cualquier programa, sin importar sobre qué verse, tendrá pocos reparos en criticar de forma feroz y con dureza su actitud, invocando los poderes estatales o el papel del defensor del menor. No obstante, si quién cierra un trato para ocultar la identidad de la madre de un recién nacido por 16 millones de euros es Cristiano Ronaldo, no pasa absolutamente nada. Hablan con pena del dinero desembolsado, se le ríe la gracia y a otra cosa, mariposa, sin querer ver lo grave del asunto, que no es otra cosa sino un grave delito que el tráfico de personas, porque no nos engañemos, el jugador de la Selección Portuguesa ha comprado a su hijo, como una casa, un coche o una joya. Para él todo es mercancía al alcance de su mano, incluida la vida humana, y lo peor es que esto se consiente. Nadie, absolutamente nadie, pone el grito en el cielo, se opone a tal barbaridad o llama a las cosas por su nombre, y denuncia al futbolista. Existen 93 millones de razones para no hacerlo, ya que el dinero lo calla, compra y permite todo. Pues no, yo no voy a soportar que un pijo trafique con un bebé. Me opongo a ello, porque mi ética me lo pide así, puesto que hace mucho que la esclavitud fue abolida, y con ella la compraventa de seres humanos. Basta ya de soportar los caprichos de estos pobres hartos de pan, que confunden valor y precio.

3 comentarios:

  1. Ostia, qué cojonudo, vas a denunciar ante un tribunal el asunto. Muchos ánimos y a tope.

    ResponderEliminar
  2. Ey, ¿entonces es así como digo?. Dime algo hombre, que me hará ilusión verte en las noticias.

    ResponderEliminar
  3. No voy a denunciar, amigo dezaragoza, porque me arruinaría en el proceso. Aquí soy consciente de mis limitaciones, aunque ya sabes que valor no me falta.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Tu opinión es importante