Hace unos días, cuando escribí la columna Carril bici, varios lectores se dedicaron a descalificarme, tanto personal como profesionalmente, bajo la excusa de mi falta de información con respecto al tema. Careciendo de interés por seguir nuestro rinconcito, usaron el insulto como ariete para minar mi moral y hacerme caer en su juego, ante lo cual respondo:
Como dije hace años, aquí no se tolerarán las descalificaciones de ningún tipo. El respeto a la opinión y su diversidad son los pilares de mi blog, por lo tanto, después de haber soportado estoicamente los insultos proferidos hacia lectores y lectoras y mi persona, tomo la decisión de borrar sistemáticamente los comentarios del usuario ciclista y cualquier otro que no esté dentro de los límites del respeto sin previo aviso. La libertad de expresión no significa decir lo que venga en gana, aunque el veneno del insulto contamine las palabras.
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