miércoles, 9 de junio de 2010

Cicatrices

Hace unos días he vuelto a montar y pintar miniaturas de forma habitual, lo que implica que vuelva a tener herramientas punzantes y cortantes entre mis manos, con todos los peligros que todo ello conlleva. Estas cicatrices, heridas de guerra, como las llamamos varios amigos y compañeros de hobby son mostradas con orgullo, mientras se relata cómo, cuándo y por qué se produjeron. Ver mutilado mi dedo pulgar izquierdo supone saber que otra vez vuelvo a vivir el modelismo, a sentir como mías las miniaturas, de infantería o vehículos, algo que también me trae recuerdos personales que, desgraciadamente, no se repetirán. Al volver a tener esta herida, he perdido el miedo que tenía a montar las piezas, ocasionado por las palabras de una persona sin sensibilidad ni vergüenza, que puso en entredicho mi percepción de la realidad por el hecho de tener las aficiones que tengo, tal como dije el Día del Orgullo Friki. Ahora vuelvo a montar mis Ángeles Sangrientos y mis otros ejércitos, los cuales debo fotografiar para compartirlos con el resto, pues me siento orgulloso de hacer lo qué hago, y divertirme mientras aprendo a mejorar, sobre todo cuando preparo mis proyectos del Concurso de Pintura de la Workshop o cualquier otro menester.

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