sábado, 19 de diciembre de 2009

Cuento de Navidad 2009

Salí a pasear aquella tarde de tantísimo frío, al Múapelo, a merendar, pues no tenía ganas de quedarme en casa. Mientras llegaba me fijé en la decoración de aquel coche, que no era otra cosa sino un mural que recordaba un trineo con renos. Me llamó la atención, pero no le dí mayor importancia. Cuando entré en el bar y di las buenas tardes me fijé en él, pese a que estaba lleno. Destacaba por su larga y espesa barba, que me recordaba a aquel vagabundo en el que nos fijamos gracias a Álvaro en la tienda de las miniaturas, cuando dijo que acababa de ver al Enano Blanco. Mientras disfrutaba de mi café calentito y una magdalena, empezamos a hablar de todo y de nada, sin darnos cuanta, tan natural como si fuese un amigo de antaño. Yo le escuchaba atento, pues aprendía muchísimo, y sus ojos proyectaban una profunda e insondable mirada que invitaba a una agradable charla como la que tenía. Me habló de la Navidad, y del trabajo que le esperaba. Reflexionaba en voz alta sobre los regalos que se hacían en esta fecha, y que a la gente sólo le importaba regalar, sin saber muy bien por qué. Me decía que la finalidad de los regalos era compartir, y no consumir ni gastar. Tan entusiasmado e intrigado me tenía que le pregunté quién era. Y su respuesta fue todo un enigma, y una preciosa forma de presentarse:
-¿Todavía no lo sabes? ¿Acaso aún no has visto el trineo, ni mi barba te resulta familiar?
Piensa un poco...

miércoles, 16 de diciembre de 2009

El Gran Vázquez


Contacté con Manuel Vázquez seis meses antes de su fallecimiento, por una de esas causalidades de la vida, gracias a un amigo que me lo presentó mientras desayunaba en casa de éste. Mi respuesta a tal sorpresa fue: ¡Coño!. Y ahí hablé con él por primera vez, convirtiéndose en una amistad que duraría hasta su muerte en octubre de 1995, hace ya 14 años. Durante esos meses aprendí muchísimo de él, y hablamos de lo divino y de lo humano, de las cosas más triviales y las más profundas, siempre con una carcajada, pues era así. Cuando le preguntaba cómo debía llamarlo, me respondía que con que me dirigiese a él como Su Ilustrísima bastaba, diciéndome después que la modestia es para los tontos, frase que haría mía días después de su muerte y que estoy seguro que me la habrás escuchado en más de una ocasión, querido lector, querida lectora. Nuestra amistad no fue postal, sino telefónica, y hablábamos de vernos en Granada en marzo, muy ilusionados, mas el destino no lo quiso así. A mí se refería como su pelmazo favorito, y se enfadaba si no le llamaba, diciéndome que él no podía llamar. Guardo muy buenos recuerdos de don Manuel Vázquez, su Alteza, como me dijo la primera vez que conversamos, y deseo ver la película biopic que Oscar Aíbar está dirigiendo, aunque todavía no sé si con lágrimas en los ojos o con una sonrisa en los labios.

martes, 15 de diciembre de 2009

Cambio climático y conciencia política

Creo que en esta cumbre sobre el cambio climático no se va a lograr absolutamente nada, y el planeta se va a pudrir más de lo que está. Y si soy así de tajante y radical es porque a nuestros dirigentes no les interesa mover un solo dedo por el lugar donde vivimos, donde viven. Me parece muy hipócrita hablar de reducciones de CO2, de contaminar menos y acudir a la cumbre en coches de alta gama cuyo impacto medioambiental es bien conocido. Para estos dirigentes acostumbrados al lujo y la ostentación, el medio ambiente les importa poco o nada. Tan sólo se lucen de cara a la galería y firman unos compromisos que saben imposibles de cumplir. Y mientras tanto, el cambio climático es harto evidente, como se puede comprobar cuando en algunos lugares del planeta las estaciones duran más de seis meses. De nada sirve tratar de salvar el planeta si no se quiere, si no se actúa. Los poderosos y gobernantes no están dispuestos a perder la tajada que sacan de la contaminación. Y mientras tanto el planeta agoniza, se muere. No quiero parecer un ecologista, porque no lo soy, pero quiero llamar la atención. Gritar si es necesario. Porque el cambio climático es un hecho, no una teoría de unos cuantos hippies melenudos y unos indios de la reserva. Nos estamos cargando el Planeta, y es necesario pararlo, y que los poderosos, esos que controlan el cotarro se impliquen de veras, sin palabrería bonita, sin foto, y con el compromiso firme y real de querer hacer algo.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Condenando canciones

Hace relativamente pocos días que la polémica saltaba a la palestra con una canción de Alejandro Fernández que, supuestamente, es una clara apología de los malos tratos e incita a la violencia de género. En Antena 3 analizaban tan sólo un trozo de canción, sin escuchar el resto, que lejos de hablar de esta maldita lacra, sugería que la mujer debe ser tratada con mimos, besos y otros regalos. A mí me hace gracia esta controversia, y a la vez me entristece, ya que absolutamente nadie condena públicamente el reaggetón y sus letras machistas, que dejan a la mujer como una entrepierna andante. Al contrario, lo promocionan y nos saturan con estos ritmos que sí son discriminatorios y ensalzan el poder y dominación del macho, que no del hombre. Son pocas las personas que se atreven a alzar la voz en contra de este tipo de música soez y ordinaria, y si lo hacen son catalogados de anticuados e intolerantes. Intolerantes por rechazar unas canciones que eliminan de un plumazo los logros conseguidos por la mujer, y que tantas muertas dejó en el camino. Por eso, en vez de rechazar una sola canción sin tener motivos, condénense los comportamientos machistas, falócratas y discriminatorios, representados por el reaggetón y sus letras compuestas por machos sin valor, coraje, cojones ni agallas,