jueves, 19 de noviembre de 2009

Creencias, religiones y política

La batalla que hoy por hoy se libra entre las diferentes opciones religiosas, el Gobierno y quienes sencillamente creen, llama la atención por su vehemencia. El interés por asociar el conservadurismo a la creencia en Dios o mejor dicho en el Catolicismo y declarar ateos o herejes a la izquierda o progresistas(qué poco me gusta esta palabra) es un tanto injusta e incierta. Cada persona es libre de actuar y creer en lo qué quiera, y eso debe ser respetado, pero no es así, pues se trata de establecer diferentes vendettas a través de discurso de la clase política, que nos quiere imponer sí o sí un sistema exento de cultos, condenando al ostracismo a todas y cada una de las religiones. En un estado aconfesional como recoge nuestra Constitución, imponer el laicismo es un grave error, pues como tal, es una doctrina, comparable a la doctrina católica, musulmana, judaísta o protestante, algo que es cualquier cosa menos neutral, y siempre discriminatorio, lo cual evoca aquellos tiempos inquisitivos en los cuales se imponía el Catolicismo, tan lejanos como medievales. En vez de llevarnos a una sociedad tolerante, abierta y respetuosa crean conflictos para sembrar campos de odio y rencor, distrayendo con estas trivialidades la atención de lo verdaderamente importante.

3 comentarios:

  1. Campeón, esta vez creo que has patinado seriamente.

    Partes de la base de que una sociedad abierta en la que esas ideas diferentes puedan convivir en paz. Error grave. Toda religión tiende por sus normas internas a imponerse, con suavidad cuando está en inferioridad de condiciones y con inquisición cuanto tiene el poder por el mango. TODAS.

    Además toda religión va en contra del principio fundamental de la democracia: igualdad, fraternidad y libertad. TODAS. Así que estoy a favor de que se permita a nivel personal creer en cualquier religión pero jamás JAMÁS a que esta pueda tener control o poder social de ningún tipo, porque entonces estarían atacando por su naturaleza a la libertad, a la fraternidad y a la igualdad (de derechos y deberes).

    Hay quién cree que ser demócrata es cogérsela con papel de fumar y ser más "papista que el papa" (valga en este caso la metáfora) y de eso nada, eso es ser débil y dejar que un sistema como el que podríamos tener se corrompa y se debilite seriamente.

    Esta vez me parece que no podremos estar de acuerdo.

    ResponderEliminar
  2. Discrepo profundamente compañero:En un estado aconfesional(la misma poalabra lo dice...)las nstituciones públicas(TODAS) y el gobierno han de ser ABSOLUTAMENTE neutrales en materia religios(y las confesiones religiosas han de autofinanciarse).Aqui NO ocurre eso pese a serlo un estado TEORICAMENTE aconfesional.

    y DICHOLO CON TODA LA MODESTIA DEL MUNDO ME TEMO QUE CONFUNDES EL LAICISMO CON LA VELOCIDAD...

    Cordiales Saludos

    ResponderEliminar
  3. Por fin, amigo dezaragoza podemos debatir algo, y eso es maravilloso. Debo aclararte que laicismo y aconfesionalidad son cosas diferentes, y no estoy en contra del laicismo, sino de su imposición, oomo acabo de comentar.
    Un abrazo.

    Efectivamente, JARILLO, el laicismo es una opción, como otra cualquiera. A ver si dejan de vendernos la burra, de manipular y mentir.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Tu opinión es importante