jueves, 1 de octubre de 2009

Reflexiones sobre la felicidad

Hace unos días que vi una frase no sé dónde que decía que ser feliz entre gente infeliz te hacía sentir culpable, la cual soy incapaz de compartir, pues veo como un acto de egoísmo si es difundida o una ausencia de autoestima preocupante. La felicidad, al igual que la tristeza, el amor o el desamor es una suerte que nos toca vivir y disfrutar. Renunciar a ella porque hay gente que no la conoce o ya no la tiene está muy lejos del sacrificio y muy cerca del padecimiento, ya que es un error pensar que no es justo ser feliz porque el mundo está lleno de padecimiento. Son pocos los momentos que podemos disfrutar de esa plenitud, que nos viene regalada por el destino, los dioses, Dios o como queramos llamarlo, y como tal, lo justo es aprovecharlos, pues es imposible saber cuánto durarán o cuándo volveremos a ser obsequiados de esa maravillosa forma. Pensar que no es merecida porque hay padecimiento destruye la autoestima, fomentando la depresión, esa enfermedad que acaba con la felicidad y hace que el mundo sea un lugar más insoportable de lo que es. En estos momentos, con lo poco -o mucho, según se mire- que tengo yo soy feliz, y no me da la gana de sentirme culpable porque hay gente que no tiene esa suerte. Faltaría más.

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