viernes, 17 de julio de 2009

Comentarios irreverentes, homófobos y ofensivos

Que Risto Mejide nos tiene acostumbrados a sus sentencias y sus comentarios destructores de moral y autoestima, es algo que ya está más que asumido por el público, gusten o no, y se los tengan merecido o sus víctimas. Tratar a alguien como un despojo, aunque sólo sea un papel interpretado, es de una bajeza y falta de clase que roza casi el insulto. Pero no hacer nada, permitir esas humillaciones públicas roza y sobrepasa el escándalo, porque por mucho que se discuta en público por dichas opiniones, si se permite se es tan cómplice como quien las suelta. El otro día despidieron a este personaje al cual no tengo ningún respeto por unos comentarios de tinte homófobo, según decían porque abría de abrir orificios o no sé qué. Se escandalizaron por ello, y no, como he dicho antes, de las humillaciones vertidas hacia Operación Triunfo, un programa que yo, personalmente, detesto, y que es quién paga la nómina de dicho colaborador. Se puso el grito en el cielo por dicha opinión, y no por otras más irreverentes si cabe. En esta dictadura de la tolerancia, podemos hablar de cualquier tema, sea ofensivo o no, irreverente o no, ridículo o fundamentado, con mayor o menor acierto, de igual forma a su mayor o menor grado de conocimiento, pero si alguien se atreve con la sexualidad, ya se pone el grito en el cielo, puesto que la homofobia es el peor de los crímenes. No voy a entrar en este tema, puesto que ya lo hice en otra ocasión. Voy a pedir a quienes critican esto que se dejen de tanta mojigatería y eviten que colaboradores y gente del espectáculo insulten de manera tan gratuita y baladí. Caben muchos comentarios en la Libertad de Expresión, pero no el insulto y la descalificación personal. Eso sobra.

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