martes, 17 de febrero de 2009

No quise alterar la programación

Durante este fin de semana han pasado una serie de circunstancias, tanto a nivel personal, como a nivel general que me hubiese obligado a romper el ritmo habitual del blog. No obstante, no que querido hacerlo, pues no estaba preparado para, en primer lugar, dar la muerte del fallecimiento de Marta del Castillo, desaparecida durante tres semanas, y cuya foto vieron, visteis colgada en primer lugar, junto a las entradas diarias. No puedo dejar de manifestar mi más profunda repulsa a este crimen, sobre el cual no quiero opinar hasta que todas las pesquisas arrojen algo de luz sobre el asesinato de esta pobre niña, la tercera víctima de la violencia de género en lo qué va de año. Si cruel fue acabar con su vida, el hecho de hacer desaparecer el cuerpo, define perfectamente los límites del bien y del mal. Condenable e intolerable ese sadismo al no desvelar el trágico destino de Marta, y las declaraciones en televisión de uno de los cómplices. No encuentro aún las palabras para hablar sobre esta tragedia, pero no quería dejar pasar más tiempo, sin mostrar mi solidaridad con la familia de Marta, y volver, una vez más, a declarar mi profundo rechazo a la violencia de género... Lo qué no termino de entender es cómo todavía se puede seguir apoyando a los canis.

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