jueves, 8 de enero de 2009

Acoso escolar

Hoy ha salido la sentencia condenatoria a aquel colegio que permitió que acosasen a uno de sus alumnos y lo grabasen en vídeo, lo cual me alegra profundamente, puesto que por fin se hace justicia con un niño víctima del acoso escolar o bullying, como lo llaman los ingleses. Hace años, yo fui uno de esos niños, pero al contrario que éste, fui ignorado porque los maestros decían que era cosa de niños. Le restaban importancia al hecho de sufrir tres palizas diarias, una al entrar, otra en el recreo y la tercera al salir de clase a la vez que era apartado por mis propios compañeros por ser diferente a ellos, por tener imaginación y una personalidad fuerte. Nadie hizo nada por mí. A nadie le importó que Abraham me pegase todos los días, o que Falcón me pusiese una navaja en el cuello con tan sólo 12 años. No les expulsaron, mas yo perdí clases porque me aterraba ir a la escuela.
Por mucha justicia que exigí, nadie me la quiso dar, y digo quiso, porque en sus manos estuvo. Es por eso por lo que me alegro que hayan condenado al colegio a pagar esa cantidad de dinero. No se puede tolerar que los gamberros dominen al resto de alumnos y el profesorado sea cómplice con su silencio y tolerancia escudada en aquello que definen como cosa de niños. A ver si dejamos de ver una paliza a la salida del colegio como eso.

2 comentarios:

  1. La justícia escolar, nunca tuvo su relevancia demasiado fácil en el campo de la justícia- precisamente por tratarse de cosas de niños-Lo que no se conoce es hasta dónde puede llegar el acoso y el maltrato entre niños...pues uno no lo sabe hasta que no le ocurre a sí mismo u ocurre en su seno familiar.
    No ha sido tema de interés, hasta que esos mismos niños han empezado a amenazar y golpear a sus profesores.
    Desde aquí te agradezco lo que escribes y cómo lo describes...de paso decirte que lamento que fueras una víctima en el colegio()
    Gracias por aportar tus granitos de arena que poco a poco.....podrán ser playas.

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  2. En mis tiempos escolares, tan sólo eran mis tonterías, y nadie me hacía caso... Fueron tiempos extremadamente duros...

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