sábado, 22 de noviembre de 2008

Los dragones existen

Recuerdo aquellas leyendas que contaban nuestros abuelos sobre la extinción de los dragones, y las muchísimas historias que narraban los avatares de aquel último dragón que moriría de mil formas diferentes. Me encantaba ver las pinturas que los ilustraban, las estatuas que los representaban y las gárgolas que imitaban sus formas. Pero aquella época queda enterrada en la noche de los tiempos, puesto que ahora son reales, creados por orden de nuestros señores tecnófilos y tecnócratas, esa nobleza que desterró los privilegios de los más desfavorecidos para ostentar más lujo y poder. Nadie sabe cómo surgió el primero de aquellos seres mitológicos, pues ya es habitual verlos entre nosotros, de mayor o menor tamaño, más agresivos o menos, y sobre todo, partidarios o no de aquellos que nos someten. Cuentan los libros de Historia que los Dragones se enfrentaron entre sí, puesto que algunos decidieron ayudar a los tecnófobos, y eso supuso que los cielos se tiñesen de sangre y fuego, la cual llegaba a las ciudades, a los pueblos, a los campos n forma de roja lluvia devastadora. La muerte y la desolación azotaban a quienes no podían refugiarse de la ácida sangre de los saurios modificados tecnogenéticamente, aquellos que decidieron aliarse con ellos para derrotar a los opresores en el aire. Nadie recuerda batallas tan épicas como las que voy a narraros ahora...


(Continuará...)

viernes, 21 de noviembre de 2008

Arte moderno

Polémica ha sido la elección de Miquel Barceló para la realización de la cúpula de la ONU, sobre todo por lo elevado del coste final, que ha sido 20 millones de euros, una elevadísima cantidad de dinero que podría haber sido destinada a paliar la actual crisis que nos azota. Con esto no quiero decir que esté en contra de la inversión en arte, sea clásico o moderno, puesto que todo el dinero que se dedique a la cultura es poco, y es necesario un mecenazgo público, que sea totalmente compatible con la inversión privada, a la cual sólo le importa la adquisición de obras por su constante revalorización y posterior venta, o por la desgravación fiscal. Ciertamente, el momento elegido para la inversión no es el más adecuado para redecorar una cúpula, que dicho sea de paso me encanta, pues soy gran admirador de Miquel Barceló, ya que ese astronómico presupuesto debería ser empleado en tomar medidas para que las familias españolas no se arruinen. Pero claro, es de esperar una reacción así de un Gobierno que dice ser de izquierdas, cuando en realidad es capaz de apoyar la refundación del capitalismo, pese a que es contrario al socialismo, al comunismo y a la solidaridad con los más desfavorecidos... No lo entiendo.

Dictadores

Hoy hace treinta y tres años que la libertad regresó a España, secuestrada tras una guerra civil que costó miles de muertos y heridas que, tras más de siete décadas abiertas, unos cuantos quieren evitar que cicatricen, removiendo rencores pretéritos, no sólo a través del debate político, sino usando a la ciudadanía como arma arrojadiza. Tal día como hoy, en el año 1975, concluía la agonía de Franco, un dictador asesino y sanguinario que sometió a España a una de las tiranías más largas conocidas. Admirado por unos, detestado por otros entre los que me incluyo, falleció en una cama y de viejo. A mí me pilló muy pequeño, apenas un bebé, pero puedo y debo decir que estoy en contra de gobiernos totalitarios. Poco me importa que las dictaduras sean dirigidas por un señor bajito y con bigote, por el proletariado o por las mayorías que desprecien a lo diferente. El pueblo debe ser libre y políticamente incorrecto, pues de lo contrario será un instrumento más de gobernantes incompetentes y ávidos de poder, ya sea de derechas o de izquierdas. En esta ocasión, como en tantas, me declaro defensor de la Libertad, la Democracia y los Derechos Humanos, repudiando todo tipo de ideas y personas que no crean en estos ideales de respeto y tolerancia. Hoy hace treinta y tres años que Franco murió, y por mucho que se empeñen unos cuantos, no va a resucitar.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Autobuseros

Ayer me encontraba con unos servicios mínimos en los urbanos de Sevilla, sin saber a qué era debido, pues cuando pregunté a uno de los conductores qué sucedía, tan sólo me dijo que no había personal suficiente. Hoy, al leer la prensa, supe que se trataba de una huelga de celo, en solidaridad con un compañero que se suicidó a causa de un expediente disciplinario tras la huelga del año pasado. Si bien siento la muerte del trabajador, aunque no la entienda por mi incomprensión del suicidio, no puedo compartir ni tolerar que desde los sectores más conservadores de la ciudad, se diga que los conductores de Tussam no tienen motivos para quejarse porque su jornada laboral es de 35 horas, entre otras excusas. A ellos sólo les importa que los autobuses vayan bien, sin importarles las presiones a las que los conductores expedientados puedan sufrir por culpa del comité de empresa, y las secuelas psicológicas que puedan tener. Sinceramente, esta vez no me ha importado esperar el autobús, y desearía seguir haciéndolo, si eso significa dar mi apoyo a los trabajadores y trabajadoras, que también las hay, sin vestuario femenino o baño exclusivo para ellas. Y después se pregunta esa derechona anacrónica y fascista que por qué se quejan. ¿Acaso es justo que las presiones de una empresa lleven al suicidio a un trabajador que será descubierto por su mujer e hijas de corta edad? ¿Acaso no se merece la solidaridad de sus compañeros y compañeras? ¿Acaso no merece el respeto del resto de la sociedad? Antes que ofender a las víctimas de los abusos de una empresa, sería necesario recapacitar sobre las condiciones laborales y personales que esa persona tenga dentro de su empresa.

martes, 18 de noviembre de 2008

Laicismo

Cuando muchos gobiernos quieren desterrar las manifestaciones religiosas al ámbito de lo privado, caen en el error de aquellos dictadores que nos obligan a creer en una determinada confesión religiosa. Es por eso por lo que estoy en contra del laicismo como confesión de un Estado, ya que se obliga a las instituciones a desterrar todo vestigio de religiosidad existente, algo que recuerda a aquella frase de Karl Marx, y que hizo propia China al invadir el Tíbet, a finales de la década de los 40 del siglo pasado. Cuando se habla de las manifestaciones religiosas y su destierro, nadie piensa que los cultos son enseñanzas transmitidas de generación en generación, de padres a hijos que las recibieron de sus abuelos y se pierden en la noche de los tiempos. Tan intolerable es la imposición de una sola confesión religiosa, como la ausencia de todas en ese laicismo intolerante que no respeta las libertades individuales. Imagino una sociedad donde convivan todo tipo de ritos, respetuosamente, sin que nadie se sienta herido o herida por sus celebraciones públicas, todas respetables, salvo aquellas que rozan el fanatismo y el integrismo. A ver si aprendemos, y esto va por la clase política, que los extremos se tocan, que tan peligroso es un fundamentalismo religioso, como la ausencia absoluta de los cultos y la prohibición de los mismos a través del laicismo, que nada tiene que ver con la aconfesionalidad, la cual respeta las creencias de cada persona.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Ahorros

En esta sociedad que ha superado el capitalismo al evolucionar en un consumismo voraz y extremo, se ha perdido el interés por el ahorro. Pese a que pueda ser achacado a los altísimos precios de los productos y a los bajos sueldos, lo cierto y verdad es que muchas veces, por no decir la mayoría, no se ahorra porque se vive por encima de las posibilidades. Me explico. Hoy por hoy se quieren las cosas y en el preciso momento. Nadie se para a pensar que ese gasto superfluo se puede tener dentro de un tiempo, pudiendo llegar la espera a meses o años. Sacrificar parte del sueldo o la paga para conseguir algo cada vez está peor visto, y nos venden préstamos que después no podemos pagar por recesiones económicas, crisis que no se quieren reconocer o cumbres de mandatarios que podrían ser comparadas con alacenas y secaderos de embutidos. El disfrute de algo logrado con mucho esfuerzo es algo que se está olvidando con el paso del tiempo y se cambia por el lamento de tener una deuda contraída durante años, todo ello ocasionado por una necesidad creada de tenerlo todo, sin que sea cierto. Nos venden hipotecas, pero no cuentas de ahorro vivienda. Nos dicen que si no podemos llegar a fin de mes, un préstamo rápido es la solución... Y después nos exigen ahorro energético, multándonos si consumimos más agua, luz o gas... Interesante paradoja.

domingo, 16 de noviembre de 2008

EBE 08


Este fin de semana he asistido al Evento Blog España, una reunión de bloggeros y bloggeras que se ha celebrado en Sevilla. Durante estos días se ha hablado de muchas cosas, hemos recibido regalos y ha reinado la cordialidad y el buen rollo. El denominador común ha sido el estado actual de la blogosfera, y la muerte de la misma. Cada cual ha tenido una opinión, y eso significa que, lejos de estar caduca la comunidad bloggera, está más fortalecida que nunca. Ciertamente, estos eventos hacen ver que los blogs ya son una realidad, y que van a seguir creándose y actualizando sus contenidos. He comprobado que la revista Wired está muy equivocada cuando habla de la muerte de la blogosfera. Puede que mueran esos blogs vacíos de contenidos con fotos de las fiestas y que sirven de escaparate de modelos frustrados y frustradas, pero el resto está ahí, evolucionando día a día.
Durante estos tres días he reído, aprendido y disfrutado, sobre todo cuando me sometí a la prueba del polígrafo, y al buscarme en la foto de familia, a la cual os invito a que tratéis de localizarme. En definitiva, ha sido bonito este fin de semana, y estoy deseando que llegue el EBE 09.

Prólogo ci-fi

El aire denso de la última lluvia ácida le hacía dar lentos y pesados pasos, en busca de un poco de diversión. Acababa de pasar una revisión de unos implantes que se había hecho en la cabeza para poder conectarse directamente a Internet y otras redes, pero no habían terminado el trabajo y el rocío de lo que se suponía la mañana se colaba entre los circuitos, ocasionándole una cefalea y unas jaquecas con alucinaciones que apenas le dejaban en paz.
Hacía años que el sol no brillaba en lo que una vez se llamó Berlín, asolado por las guerras tecnológicas y económicas de las primeras décadas del siglo XXIII. Todo atisbo de humanidad había quedado desterrado por los supervivientes, una nueva clase social a la que lo único que le importaba era sobrevivir. Poco importaba si el dinero conseguido o la comida obtenida tenían su origen en el mercado legal o no. Aquella era un selva tecnológica, con grandes avenidas de asfalto, donde convivían los seres humanos con todo tipo de engendros. Nadie sabe cómo llegaron a Germania, pues pocos tenían acceso al conocimiento, prohibido por ley para las clases humildes, y reservado a una reducida élite que dictaba los cánones y promulgaba leyes cada vez más injustas y lejos de lo que una vez se conoció como Derechos Humanos, abolidos en una de las guerras que sacudieron el territorio conocido como Europa. Aquel panorama desolador dejaba muy pocas oportunidades a quién no tenía nada.