viernes, 13 de junio de 2008

Nuevas formas de lectura

Hace unos días pude recoger un teléfono móvil de esos que ofertan los periódicos. Pese a no ser una maravilla en tecnología, tenía cámara, bluetooth y posibilidad de conexión a Internet, lo cual despertó mi curiosidad y me invitó a navegar por la red de redes. Durante mi paseo virtual en el recién adquirido artilugio, decidí empezar a visitar páginas, recayendo sobre esta bitácora, algo que me emocionó y llamó la atención. Pude leer muy cómodamente las entradas aquí publicadas, ver las fotos colgadas y moverme por el menú, pese a no estar adaptado para los dispositivos móviles. Ha sido emocionante descubrir otra forma diferente de lectura, alternativa al tradicional papel o la novedosa pantalla de ordenador, complementarias pero insustituibles ambas. Hace un tiempo se hablaba de e-books, pero no estoy muy al tanto de los avances en este formato, así que no podré dar mi punto de vista, salvo para decir que bajo este soporte se podrán almacenar miles de libros, literalmente, lo cual supondrá un abaratamiento en costes, sobre todo en papel. No sé si será más cómodo de leer, pero bienvenido sea si con ello podemos lograr una sociedad más culta, y más ausente de desconocimiento e incultura, valga la redundancia.

jueves, 12 de junio de 2008

Mayores

Desde muy temprana edad, nuestros mayores se han visto en la obligación de trabajar para llevar el sustento a sus hogares, dejando atrás su infancia y adolescencia porque debían cuidar ganado, labrar la tierra o realizar cualquier otra labor que les permitiese ganar el jornal diario para subsistir. Hoy por hoy nos parece aberrante ver cómo multinacionales del deporte contratan mano de obra infantil para la realización de sus productos. Y lo es. Pero ese no es el tema a tratar, puesto que quiero hablar de la actualidad, de unos mayores que deberían poder disfrutar de una jubilación tranquila, sin preocupaciones, puesto que se lo han ganado a pulso, desde muy corta edad, de no ser por el Destino, ese cruel e implacable dios que nos tiene deparado sus más arbitrarios designios. Cuando ya parece que pueden empezar a vivir, enfermedades como el cáncer, mestastasiado o no, el alzeimer, la demencia senil y otros males que no sé ni deseo nombrar hacen su aparición, para que sigan su periplo de sufrimiento, por si no lo hubiesen hecho ya a lo largo de su larga vida. Es injusto. No se merecen esto, ya que han estado todo su vida sacrificados por otras personas, como sus padres y hermanos, y desde que ellos experimentaron la paternidad, su entrega fue para nosotros. Nunca han podido vivir su vida, y cuando parece que empiezan a hacerlo, la vida les da estos mazazos. Por eso escribo hoy esto, como homenaje a aquellos y aquellas que nos dieron la vida, y dieron la suya por nosotros. Se lo merecen

miércoles, 11 de junio de 2008

Muerte de un piquete

Tomando prestado el título a una película del director Juan Antonio Bardem, reflexiono hoy sobre la muerte de un camionero, mientras formaba parte de un piquete informativo. Según cuentan testigos presenciales, el conductor que lo atropelló mortalmente, se negó a parar porque debía llevar su carga para ser entregada. A este señor no le importaba nada más que unos míseros euros, y no que aquellos y aquellas que cortaban el tráfico luchasen por unas mejoras de las cuales se beneficiará, pese a su insolidaridad y el haber cometido una imprudencia con resultado de muerte. Es curioso. Mucha gente luchando por un mundo mejor, y gentes como este señor o Alessandro Lecquio dicen que nada tienen que ver con la huelga, tachando incluso de antidemocráticos a quiénes pretenden defender el pan de sus familia, olvidando o ignorando este último, que es un derecho constitucional. Triste es que aquellas personas que no luchan o no apoyan los paros específicos o generales, se beneficien de los logros conseguidos por los luchadores y luchadoras, a costa del sacrificio de la vida de estos últimos, como sucedió ayer.

martes, 10 de junio de 2008

Aprendizaje diario

Cada día que pasa me doy cuenta de cuantísimo conocimiento me queda por adquirir y reunir. No es raro el momento en el cual me doy cuenta de lo que puedo aprender sobre diferentes temas como la literatura, las ciencias o la misma vida. Es mucho lo qué nos queda por saber, y mucho lo qué la gente que nos rodea aporta a ese conocimiento, tan temido por la gente poderosa, y tan controlado por aquellos que odian o no creen en la libertad. A veces queman libros, obras de arte, censuran periódicos, incluso asesinan a los promotores y promotoras de un mundo sabio... Todo para evitar que la humanidad tenga acceso al conocimiento y aprendizaje, porque no interesa una masa que plantee dudas. En estos tiempos donde los regímenes dictatoriales son recuerdo del pasado que no se debe olvidar, no prohibe, pues es sabido que ésto lleva al consumo. Sencillamente, deseducan, desenseñan lo que durante generaciones está en la memoria colectiva. Cada día me doy más cuenta de que ese futuro relatado por Orwell en su libro 1984 es cada vez más real y cercano. Y esto no puede, ni debe ser así.