sábado, 17 de mayo de 2008

Relato de la Semana: El palacio

Poco importa el lugar donde sucedió este relato. Poco importa la época del medievo en la que sucedió la historia que les voy a relatar. Pasen, pasen, siéntense alrededor de la luz de las velas y escuchen la leyenda que les voy a contar.
En aquellos tiempos tan pretéritos era uno de los más suntuosos y lujosos castillos existentes, gobernado por un señor de la guerra y su esposa, los herederos de una larga tradición militar y señorial, poseedores de un extenso feudo, que alcanzaba allende la vista alcanzaba. Ambos eran la reencarnación de los más hermosos dioses de la belleza. Los cabellos dorados de la señora y su angelical rostro iluminado por sus ojos de color esmeralda eran el objeto de deseo de los hombres que no sólo trabajaban para ella trabajaban, puesto que sus sinuosas curvas cubiertas por vaporosos vestidos eran mostradas a todo el mundo, y la envidia de las mujeres. Él tenía la elegancia de un bailarín, en su robusto cuerpo forjado en mil batallas, no exenta ninguna de crueldad y sangre. Su extensa melena azabache sólo era cubierta por los cascos cuando luchaba para conquistar más territorios. Eran la viva reencarnación de la belleza en su estado más puro. Pero lo que nadie sabía es que tras esa bella y envidiada belleza se escondían los seres más crueles que podían pisar el mundo conocido, que harían palidecer de pavor a cualquiera de los demonios surgidos del inframundo. Expertos en la tortura y el asesinato, no dudaban en azotar a cualquiera de sus súbditos por el simple placer de hacerlo, sin importar que aquellas palizas estuviesen o no justificadas. Era tal el terror que infundían que la sola mirada de aquella mujer petrificaba a cualquiera. Durante años, hay quien dice que siglos, el miedo era el tercer gobernante de aquel feudo, hasta que surgieron las primeras voces disidentes, acalladas en un primer momento, mas aquella primera insurrección fue el germen de lo que una noche de luna llena sucedió, cuando una enfurecida turba logró acceder a la Torre del Homenaje para dar muerte a aquellos opresores. Mientras el señor de la guerra sufría las iras de los oprimidos, juró venganza, antes de que su vida fuese arrebatada, como tantas veces hizo anteriormente.
El castillo quedo en el olvido. Nadie volvió a hablar de él, ni a visitarlo.
Pasó el tiempo. Transcurrían lentos los años al principio, rápidos los siglos cuando la última persona que recordaba la sangre derramada falleció. A mediados del siglo XX una poderosa familia adquirió la propiedad, a un precio irrisorio, ya que no entendía cómo aquella extensión de terreno podía tener tan poco valor. Poco conocían sobre la tétrica historia de horror que siglos atrás acaeció, y que tanto aterró a los habitantes del lugar. Los nuevos propietarios decidieron hacer de aquel palacio su residencia principal, ya que les gustaba el sitio. Una mañana, el menor de los vástagos descubrió una puerta cerrada, que latía y que le llamaba. Sus padres lo buscaron por todo el castillo, cada habitación, cada rincón, cada pasadizo, pero su hijo no aparecía por ningún lado. Pasó una larga semana, cuando una noche se escuchó un desgarrado grito de auxilio:
- ¡No atraveséis esa puerta! ¡Ahora os quieren a vosotros!

viernes, 16 de mayo de 2008

Flaco favor

Tenía pensado hacer una valoración sobre la desestimación del juicio de Telma Ortiz contra los medios, pero dejaré esto para otra ocasión, pues creo que es más importante y más grave reflexionar sobre las palabras del Presidente de la Audiencia provincial de Barcelona cuando contaba en el programa La Ventana un chiste, o como dijo después,una anécdota personal. Hablaba de alguien que preguntaba si no había tenido ganas de agredir o matar a su pareja. En estos tiempos tan castigados por ese machismo falócrata y destructor, esos comentarios sobran, y sobre todo la forma de usarlos. No se puede bromear con la muerte de nadie, y menos a manos de aquellas personas que han compartido parte de su vida con ellas. Sí, se piden disculpas, pero de boquilla y de cara a la galería. Vergonzoso es que sea un magistrado, es decir, quien dicta las sentencias, la persona que resta importancia a esto, y que se escude en la claridad de expresión y falta de retórica para argumentarse. Es injustificable que la persona encargada de impartir justicia apoye con sus declaraciones a quién comete los delitos.

jueves, 15 de mayo de 2008

Dependientes bordes

Una de las figuras más conocidas por todos aquellos consumidores, que no consumistas, de vicio y subcultura es la del dependiente borde de las tiendas de cómics. Se trata de un individuo incapaz de ser amable, ni atender a los clientes como se merecen, salvo que sean amigos suyos, lo que hace que su carácter se transforme en una complicidad que es necesaria para trabajar de cara al público. Estas personas olvidan por completo que ese friki que entra a comprar su tebeo favorito o el otro que se gasta su sueldo o paga del mes contribuye a que su nómina se pague mes a mes. Hace unos días cerró una conocida tienda de cómics, por culpa de su dueño, que se creía superior a los clientes que allí compraban. Demasiado ha tardado, se comentaba entre los que conocían el establecimiento. En otra tienda, también sufrimos las iras de otro desagradable trabajador, de cuyo nombre no quiero acordarme, que sólo era desagradable con aquella persona que no le caía bien. Varias personas atendidas por el nombrado, entre los que me incluyo, contestamos al unísono: Entonces le caía mal todo el mundo. A veces resulta más sencillo, la mayoría de las ocasiones, tener una sonrisa en los labios que mantener una posición tensa y desagradable con el resto.

Starship Troopers, las brigadas del espacio


Hace unos días hablaba de la decepción del último libro de Harry Potter, por ser un final de saga, y el el post que dediqué al libro, anunciaba que mi próximo libro sería Starship Troopers, temiendo que no estuviese a la altura. Pero me equivoqué, y me alegro tanto de haberlo hecho... Este libro ha servido para que aprecie más la película de Paul Verhoeven, cuyo argumento tan sólo tiene que ver unas 20 páginas de la novela de Robert A. Heinlein. Sin embargo,haciendo paralelismos y comparaciones entre ambas obras, la película capta la narrativa del novelista, pues con tan sólo unos trazos podemos entender a la perfección la historia, sin necesidad de un metraje retórico y superfluo, algo que Heinlein consigue a la perfección, evitando que nos perdamos en profundos argumentos que sólo desembocan en la confusión de la persona que se sienta delante del libro, toda una crítica al militarismo y a las guerras. Desde estas líneas, me gustaría recomendar esta obra a toda persona ávida de lectura, independientemente de su afición al género de la ciencia ficción o no.

martes, 13 de mayo de 2008

Medidas cautelares

Ayer se celebró el juicio de Telma Ortiz, hermana de la Princesa de Asturias y su pareja contra los medios de comunicación, pues considera que no es un personaje público, y pide que no se hable de ella en ningún momento, vulnerando el derecho constitucional a la información, pues estaríamos hablando de censura previa, algo prohibido expresamente por la Carta Magna, aunque después no se aplique, con tanta corrección política. Sé que esta señora está harta de la vigilancia de la prensa, pero es una cosa fácilmente evitable, si no se entra en el juego mediático. ¿Cuántos músicos, actores, actrices o sus familiares son unos auténticos desconocidos para el resto del público? Aparentemente con sentido del humor, los de la Sexta crearon una plataforma de apoyo a la prensa del corazón, que engañó a la práctica totalidad de resto de medios, pues no existía la dicha, y este hecho en realidad puede esconder una reivindicación a la libertad de expresión. Aquellos y aquellas que me conocéis, sabéis que yo detesto este circo de la prensa rosa, pues distrae a la opinión pública de lo importante. Sin embargo, estoy a favor de una libertad de expresión real, y la cuñada del Heredero de la Corona hace un flaco favor a la misma exigiendo la censura de sus imágenes.

lunes, 12 de mayo de 2008

Suma y sigue

Dos mujeres muertas este fin de semana, a manos de sus parejas o ex parejas y una agredida que ha perdido un ojo por recibir un golpe de su compañero al negarse a ser grabada desnuda me hacen que vuelva a tocar, una vez más, este tema. No quiero que queden en el olvido estas nuevas víctimas de esos que sólo tienen de hombre lo que les cuelga entre las piernas, y cuyo valor, gallardía y madurez es algo imposible de demostrar, salvo por el poder fálico que durante tantas generaciones ha dominado a la mujer, sometiéndola a los designios de un macho lejano al hombre. He perdido la cuenta de cuanto llevo escrito sobre este tema, y rara es la semana que al menos no lo hago, pues es mi deber moral concienciar a la sociedad de que la mujer no es propiedad de nadie, y que la libertad es un derecho y un deber. Sé que voy a seguir escribiendo, desgraciadamente, sobre ese tema, y publicando, guste o no guste, así sea una vez al día, a la semana o al mes, para que las víctimas de la violencia de género no caigan en el olvido. Al menos no por mi parte.

domingo, 11 de mayo de 2008

Un poco de humor esta semana: Reflexiones de un Water filosófico

Ha llegado la hora de reconocer algo, de soltar otra verdad absoluta, como la vida y la muerte: El mundo no puede vivir sin los retretes. Resulta escatológico, lleno de mal gusto, e inmodesto si soy yo, una simple taza de water quién lo cuenta. Todo el mundo, sin excepción hace uso de nuestros servicios, pagando religiosamente el tributo, mayor o menor, y sin distinción de clase social, etnia o género. Desde el más humilde vagabundo al dueño del mayor de los imperios, todos y cada uno de ellos y ellas, sin excepción recurren a nosotros en un comportamiento idéntico, salvo en el caso de hombre y mujeres, que somos usados de dos formas por ellos, y de una única por ellas. Dominamos el mundo, con agentes en cada hogar o sitio público, de mayor o menor lujo o tamaño. Todos estamos allí, pese a que nadie lo reconoce. Nadie reconoce las veces que va al baño para cualquier menester. El excusado, el servicio o el baño, valga la redundancia, son parte de lo miles de nombres que recibimos, pues a veces nuestra presencia invisible y notable a la vez es un punto de lectura, de pasión desatada en solitario o en compañía. Miles de aventuras y relatos podría desarrollar, pero lo importante es nuestra función aliviadora. Quién entra a visitarnos de urgencia sale aliviado o aliviada. Y es que, somos piezas clave en la historia de la Humanidad. Creadores del monte Gólgota, antigua llanura, con tapa o sin ella, testigos mudos de los más íntimos secretos, como aquellas esfinges misteriosas. Somos importantes, y merecemos nuestro propio homenaje.