martes, 9 de diciembre de 2008

La peor de las muertes es el olvido


Decía Stalin, uno de los más sanguinarios dictadores del mundo, cuyo genocidio fue capaz de ensombrecer a Hitler, que quién se movía en la foto no salía. Manipulador de la historia, no han sido pocos los fotomontajes en los cuales han desaparecido personajes que antaño le brindaron su apoyo, y que por motivos dispares dejaron de hacerlo. Durante esa vergonzosa guerra civil vivida en España, que jamás pondré en mayúsculas por la gravedad de su ignominia, muchos fueron los intelectuales olvidados y asesinados, como Federico García Lorca, cuyo vil crimen y posterior desaparición han sido objeto de polémicas. Todo empieza tras su muerte, sobre la cual dicen las malas lenguas que recibió un tiro por vía rectal, aunque la versión oficial habla de fusilamiento. El régimen dictatorial trató de borrar el lugar de su asesinato y donde fue arrojado su cuerpo, al cual se le negó un funeral. Hoy leía en la prensa que estos sitios son presa de la especulación inmobiliaria, pues parece que la muerte de Federico es algo tan ingrato que quieren borrarlo de los anales de la Historia, como si de la novela de Orwell se tratase. Ese interés en maquillar el pasado demuestra la falta de vergüenza de aquellos que lo pretenden, pues quieren hacer una historia a su antojo, donde todo sea políticamente correcto y se falsee la verdad. ¿Acaso no saben que quién olvida su Historia está condenado a repetirla?

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