miércoles, 5 de noviembre de 2008

Gente rara

A veces las aficiones de las personas pueden llegar a los límites más insospechados, sobrepasando incluso el fanatismo. Leía ayer en una noticia que un japonés está recogiendo firmas para pedir que se legalicen y permitan los matrimonios con seres bidimensionales. A este buen hombre no se le ocurre otra que enamorarse perdidamente de un dibujo animado, y exigir una legislación que permita el matrimonio con una mentira, ya que eso es sólo un dibujo, una creación que nada tiene que ver con la realidad. Lejos de tomarme a guasa este hecho, lo hago con pena, pues demuestra que este pobre diablo tiene una existencia tan vacía que sólo le importa un trozo de imagen pixelada o impresa en papel, y no da la oportunidad de enamorarse de alguien real, que le dé un amor tan profundo que llene toda su existencia. Deja escapar la sensación de besar y ser besado por alguien que le hará transportarse a un mundo soñado e ideal, y será incapaz de sentir el calor de dos cuerpos amándose y entregados a la pasión. Yo me reconozco friki, a veces extraño y con pensamientos, ideas o gustos que nada tienen que ver con esa Gran Masa de la que suelo hablar habitualmente, pero no por ello dejo de sentir, de amar, de querer a gente real, que existe, aunque no nos hayamos visto físicamente aún, y hablemos vía messenger. Pero estoy en un mundo real, con gente real, y los tebeos, libros y demás son sólo eso, papel impreso o películas, que sirven para evadirme o no, pero jamás para sustituir la realidad por ese mundo de fantasía, ideal o no.

4 comentarios:

  1. Ahí le has dado. ¿Como será su vida para que lo más cercano a la persona amada, el considera que es un dibujo? Debe tener dificultades muy grandes en su vida.

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  2. que pena....en serio. No estoy usando la ironía. Es verdaderamente triste.

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