lunes, 21 de julio de 2008

La guasa tiene guasa


Decía un gran amigo mío que el humor es una cosa muy seria, y por eso es tan difícil. El año pasado, por estas fechas, la revista El Jueves era secuestrada por el juez Juan del Olmo, en una maniobra, bajo mi punto de vista, por distraer la atención sobre asuntos más importantes. Hacer reír no es nada fácil, y es imposible hacer humor sin levantar o crear alusiones de quién se sienta ofendido. No olvidemos la polémica con la caricatura de Mahoma y las muertes que ocasionó. Esta vez, los periodistas del semanario norteamericano New Yorker han caricaturizado a Barak Obama como Bin Laden, y a su esposa como una terrorista con los pelos a lo afro. Todo un golpe de efecto, sin duda, que ha levantado ampollas entre la sociedad estadounidense, tan censurada y educada en lo políticamente correcto. Puede que no sea una de las mejores ilustraciones del New Yorker, pero me parece una excelente idea, ya que su autor o autores no se han autocensurado, como sucede en infinidad de ocasiones, por culpa de las sensibilidades heridas, que tanto daño hacen a la libertad de expresión, ya que pueden denunciar si no están de acuerdo con aquello que se muestra. Entre tanta defensa de lo políticamente correcto y tanto miedo a herir cuando hay manifestaciones artísticas, corremos el riesgo de convertirnos en seres sin ideas, tal y como desean los poderosos y algunos políticos. Es necesaria la irreverencia, la acidez y la guasa, y debemos luchar por un mundo libre de ideas impuestas y monopensantes.

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